¿Qué esperamos de IBM Power11?
La evolución de la arquitectura Power de IBM ha sido objeto de intenso debate en la comunidad tecnológica. En los últimos años, esta arquitectura ha experimentado cambios estratégicos significativos que han generado críticas y expectativas por igual. Como con KVM, casi adivinamos todo lo que iba a anunciar IBM; vamos a hacer un segundo intento con Power11. En este caso, no tenemos las listas de kernel.org para darnos pistas, pero sí 10 años de trayectoria desde Power8 y un mercado con demandas muy claras para arquitecturas alternativas a x86, más aún cuando Intel pasa por uno de sus peores momentos de su historia.
Antecedentes y un poco de historia
Con el Power8, llegaron los sistemas OEM/LC de Power, las GPUs de NVIDIA, el conector NVLink y la posibilidad de tener una primera versión de KVM en Power (no confundir con el anuncio de 2024). Sin embargo, en la práctica, los retos superaron a las oportunidades… y vamos a dejarlo ahí 🙂. Algunos opinan que IBM se adelantó al mercado, mientras que otros consideran que faltaron soluciones soportadas y probadas en estos servidores para lograr el impacto anticipado; incluso se habló de una adopción masiva por parte de Google o Rackspace.
Power9 representó un hito en la estrategia de IBM al ofrecer una arquitectura más abierta y accesible para la comunidad. A través de la OpenPOWER Foundation, IBM liberó una parte significativa de las especificaciones y tecnologías asociadas al Power9, permitiendo a terceros diseñar y fabricar sus propios sistemas basados en esta arquitectura, similar a lo que se hace con ARM o x86. Empresas como Raptor Computing Systems desarrollaron sistemas basados en Power9 que utilizan firmware y software de código abierto, ofreciendo plataformas altamente auditables y controlables por el usuario.
Sin embargo, en la generación siguiente, los retrasos en el desarrollo—quizás exacerbados por la pandemia de COVID-19—llevaron a IBM, al lanzar el Power10, a licenciar bloques de propiedad intelectual de Synopsys para componentes como el PHY de DDR4/5 y PCIe 5.0. Esta decisión introdujo firmware propietario en el sistema, rompiendo con la tradición de apertura establecida con el Power9 y limitando la participación de la comunidad en el desarrollo de estas tecnologías. Además, los cambios en la estrategia de NVIDIA, desde el Power9, al utilizar arquitecturas alternativas como GPUs basadas en ARM, dificultaron el regreso de las GPUs a Power. De hecho, en el Power10, la apuesta por la inferencia en el núcleo del procesador, sin depender de GPUs, fue una respuesta estratégica que permitió realizar procesamiento de inteligencia artificial directamente en el procesador.
Ante la posible llegada del Power11, surge la expectativa de que IBM aborde desafíos previos y alinee su estrategia con las demandas actuales del mercado. Esto implica reintegrar GPUs y otros aceleradores, mejorar el soporte para cargas de trabajo de código abierto y aplicaciones Linux, y continuar el desarrollo de AIX y IBM i como componentes fundamentales del ecosistema Power.
Nuestras expectativas
Las decisiones en torno a Power10 han tenido un impacto significativo en la comunidad y el mercado. El giro hacia una arquitectura cerrada generó escepticismo entre desarrolladores y empresas que valoran la transparencia y el desarrollo colaborativo. Competidores con arquitecturas abiertas, como RISC-V, han ganado terreno ofreciendo la libertad y flexibilidad que Power10 no brindó. Esto subraya la importancia de la apertura como ventaja competitiva en un entorno tecnológico en constante cambio, donde las soluciones de código abierto dominan el mercado de nuevas cargas de trabajo.
Con la mirada puesta en Power11, existe una clara expectativa de que IBM atienda estas preocupaciones. Desde SIXE, defendemos un retorno a prácticas de desarrollo abiertas, proporcionando acceso al código fuente del firmware y a especificaciones que promuevan una mayor colaboración e innovación.
Confiamos en que Power11 rectificará las limitaciones de Power10, retomando el control sobre el desarrollo de componentes clave como el DDR PHY y las interfaces PCIe. Evitar la dependencia de propiedad intelectual externa es crucial para alcanzar una arquitectura completamente abierta. Al hacerlo, IBM puede alinear sus esfuerzos con las expectativas de la comunidad y aprovechar el conocimiento colectivo de desarrolladores y empresas comprometidas con los principios del código abierto.
Por otro lado, la reintegración de GPUs y otros aceleradores es fundamental para responder a la creciente demanda de computación heterogénea. Al admitir una variedad de aceleradores—incluyendo GPUs, FPGAs y procesadores especializados en inteligencia artificial—IBM puede ofrecer soluciones potentes y flexibles, ajustadas a necesidades específicas. Este enfoque coincide con las tendencias de la industria hacia arquitecturas modulares y escalables, capaces de gestionar cargas de trabajo complejas y cambiantes.
Reforzar el soporte para cargas de trabajo de código abierto y ampliar la compatibilidad con aplicaciones Linux son elementos clave para la adopción de Power11. Garantizar una integración fluida con frameworks y herramientas de código abierto atraerá a una comunidad más amplia de desarrolladores, facilitando la migración de aplicaciones existentes a la plataforma Power. Esta estrategia no solo fomenta la innovación, sino que también responde a la demanda del mercado por soluciones flexibles y rentables.
Además, queremos ver cómo estas innovaciones de hardware se pueden aprovechar desde AIX e IBM i, demostrando el compromiso de IBM con su gran y fiel base de clientes. Es esencial que las empresas que dependen de estos sistemas operativos puedan beneficiarse de los avances de Power11 en sus sistemas críticos, sin comprometer estabilidad, rendimiento, compatibilidad o disponibilidad.
Conclusión
Si algo tenemos claro es que no existe un sistema operativo o una arquitectura que se adapte a todas las cargas de trabajo. Lo más valioso para los clientes de Power es la posibilidad de integrar en las mismas máquinas las bases de datos de las que depende su negocio en AIX o IBM i, nubes privadas con KVM, front-ends con Kubernetes en Linux y, esperamos que pronto, también cargas de trabajo de IA, ML, HPC, etc.
En SIXE pensamos que, al igual que no existe una música perfecta para cada momento, tampoco existe un sistema operativo, una base de datos o un lenguaje de programación universal. En Power podemos tenerlos todos, y por eso nos encanta.
Para nosotros, el Power11 representa una oportunidad para que IBM realinee su estrategia: integrando GPUs y aceleradores para satisfacer las necesidades de computación de alto rendimiento, mejorando el soporte para cargas de trabajo de código abierto y aplicaciones Linux, y continuando el desarrollo de sus sistemas operativos de vanguardia para entornos críticos, como AIX y IBM i. Al hacerlo, IBM puede ofrecer una plataforma versátil y potente que atraiga a un amplio espectro de usuarios. El éxito del Power11 dependerá de la capacidad de IBM para equilibrar la innovación propietaria con la apertura y la colaboración con terceros.
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